skip to main |
skip to sidebar
uno
Sucede que un día, los ojos de Julia no se abrieron más. Y no es que Julia amaneciera muerta. Es que esa anterior noche, los ojos habían encontrado, oculto al reverso de las órbitas, un abismo hogar de criaturas somnolientas. Al fondo, se adivina el arco de una puerta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario