lunes, diciembre 19, 2005

uno

Sucede que un día, los ojos de Julia no se abrieron más. Y no es que Julia amaneciera muerta. Es que esa anterior noche, los ojos habían encontrado, oculto al reverso de las órbitas, un abismo hogar de criaturas somnolientas. Al fondo, se adivina el arco de una puerta.

No hay comentarios.: