martes, junio 21, 2005
Mantenerse muerto es difícil. Al amanecer de cualquier día se te olvida permanecer quietecito y entonces te levantas a dar una vuelta y de repente ya estás otra vez ahí, titular de la noticia del momento, de algún recordatorio en la página de obituarios, o de pie junto a alguien que te llora sin verte.
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